Después de tres largas jornadas de cumplir con nuestra mita (1), mis compañeros y yo regresamos a nuestro ayllo (2). De repente, el humo, y algunos lejanos lamentos, ya inalcanzables, nos empezaron a llegar. Desesperadamente corrimos, pero ya nuestra aldea había sido arrasada, la habían quemado con sus niños y sus madres, mujeres y ancianos. Sabíamos de los conquistadores y de lo que hacían... pero nosotros no éramos más que una pacífica y aislada aldea... Una extrema impotencia nos invadió entrecortándonos el corazón y nos hacía retorcer de dolor y preguntarnos una y otra vez ¡¡¡¿por qué? ¿por qué? ¿por qué...?!!!
Este hecho ya nos había transformado, de ser un pequeño grupo de campesinos pacíficos a ser casi los últimos rebeldes dueños de la resistencia.
A los días de llorar y enterrar a los muertos, los fuimos superando noche a noche con improvisadas ceremonias. Nos pintábamos, olíamos el humo de la coca mezclado con otras hierbas, danzábamos, bebíamos chicha (3) y cantábamos las antiguas victorias de nuestro pueblo. Así fue que nos prometimos ser la invencible barricada que detendría los planes de la conquista del invasor. Nos hicimos de viento y barro, humo y lluvia, mazo y lanza con la idea de llegar a los crueles asesinos y darles, de una vez por todas, el destierro del continente y de sus propias vidas.
Una de esas noches, realizando uno de nuestros ancestros ritos, no supimos a qué ciegos y sordos lugares nos adentramos, porque no vimos ni escuchamos llegar al enemigo. De pronto... sus ruidosos arcabuces, nos apuntaron y perforaron nuestros pechos. Así y todo, nuestros puños se cerraron y con las manos desnudas, apuntando al cielo, salimos a enfrentarlos. Heridos, casi sin vida, seguimos combatiendo, a pesar de seguir recibiendo más golpes, disparos y sablazos, mis amigos y hermanos, antes de irse, se llevaron consigo a algo más de cincuenta de ellos. Yo sólo me llevé conmigo a cinco o a diez, no importa, perdí la cuenta.
Así nos mataron esa noche, éramos campesinos pero morimos como sagrados guerreros de Inti (4) y Viracocha (5). Regando la tierra con nuestra sangre, para enorgullecer a la Pacha Mama (6)...
Y desde un fulguroso cielo de sol y maíz, maldijimos a la misma Malintzin (7), y dimos nuestra bendición a los que luchan y siguen luchando por la liberación de los pueblos...
Esa noche, de alguna forma, todos recordamos y entendimos las palabras de nuestro antiguo hamawt’a (8), que siempre nos repetía en su secreto idioma, «Matui impilí yúh • eumú kimáh thié • huimi chaqué • metuí kimará mité. • kais pna intin mwanhé • catuhé malí, • ehuén isá • poké yúh imé. • eumú kimah thié • hué, huié kai hué (Cuando al final del tiempo • y el sol esté en el ocaso • se te nombrará • como su heredero. • Entonces serás signo • de toda tierra y luz, • para los hombres • y para las razas. • La condición es que • ames, ames y ames...)» quizás él estaba allí.
Después de viajar por los tiempos, me di cuenta que nadie recordará nuestros auténticos nombres quechuas-aymaráes. Pero sí sé que con los años, a mis compañeros los recordaron como a los próceres de la libertad.
Mi nombre no importa, yo me mezclé en el pueblo, para descubrirlos y sostenerlos. Mis compañeros son y serán los «José», los «Manuel», los «Bernardo», los «Simón», las «Juana», los «Ernesto», y «Los etcétera» que sean.
Una cosa más, a tí que lees o escuchas esta historia, acuérdate siempre de qué estás hecho, de dónde vienes, de amar y de ser libre, porque sólo así, te recordarán por el nombre que hoy tienes...
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1. Ayllo (o Ayllu) era la denominación para comunidad de campesinos unidos por vínculos familiares, que tenían la misma ascendencia y compartían un mismo territorio.
2. La Mita era una especie de servicio al Inca. Eran trabajos periódicos rotativos individuales o colectivos, con este sistema se construían puentes y caminos y trabajaban la tierra del rey.
3. Chicha es una bebida fermentada de maíz y otros granos y hierbas.
4. Inti: Dios del Sol
5. Viracocha: Dios creador de todo
6. Pacha Mama: Madre Tierra, Divinidad Femenina de la tierra y la naturaleza.
7. Malinche: (Malintzin o Doña Marina), era el nombre de la intérprete nativa de Hernán Cortéz. La crónica , casi leyenda, nos cuenta de la traición de ella a su gente. Si bien pertenece a la historia azteca... Es probable que el relato de la traición de la Malinche se haya esparcido al cabo de un tiempo y se conociera entre todos los habitantes americanos...
8. Hamawt'a: Nombre de los sabios, dedicados a la enseñanza formal, religión, historia, idioma etc.
Con motivo del Día Americano del Indio (19 de Abril)
Este hecho ya nos había transformado, de ser un pequeño grupo de campesinos pacíficos a ser casi los últimos rebeldes dueños de la resistencia.
A los días de llorar y enterrar a los muertos, los fuimos superando noche a noche con improvisadas ceremonias. Nos pintábamos, olíamos el humo de la coca mezclado con otras hierbas, danzábamos, bebíamos chicha (3) y cantábamos las antiguas victorias de nuestro pueblo. Así fue que nos prometimos ser la invencible barricada que detendría los planes de la conquista del invasor. Nos hicimos de viento y barro, humo y lluvia, mazo y lanza con la idea de llegar a los crueles asesinos y darles, de una vez por todas, el destierro del continente y de sus propias vidas.
Una de esas noches, realizando uno de nuestros ancestros ritos, no supimos a qué ciegos y sordos lugares nos adentramos, porque no vimos ni escuchamos llegar al enemigo. De pronto... sus ruidosos arcabuces, nos apuntaron y perforaron nuestros pechos. Así y todo, nuestros puños se cerraron y con las manos desnudas, apuntando al cielo, salimos a enfrentarlos. Heridos, casi sin vida, seguimos combatiendo, a pesar de seguir recibiendo más golpes, disparos y sablazos, mis amigos y hermanos, antes de irse, se llevaron consigo a algo más de cincuenta de ellos. Yo sólo me llevé conmigo a cinco o a diez, no importa, perdí la cuenta.
Así nos mataron esa noche, éramos campesinos pero morimos como sagrados guerreros de Inti (4) y Viracocha (5). Regando la tierra con nuestra sangre, para enorgullecer a la Pacha Mama (6)...
Y desde un fulguroso cielo de sol y maíz, maldijimos a la misma Malintzin (7), y dimos nuestra bendición a los que luchan y siguen luchando por la liberación de los pueblos...
Esa noche, de alguna forma, todos recordamos y entendimos las palabras de nuestro antiguo hamawt’a (8), que siempre nos repetía en su secreto idioma, «Matui impilí yúh • eumú kimáh thié • huimi chaqué • metuí kimará mité. • kais pna intin mwanhé • catuhé malí, • ehuén isá • poké yúh imé. • eumú kimah thié • hué, huié kai hué (Cuando al final del tiempo • y el sol esté en el ocaso • se te nombrará • como su heredero. • Entonces serás signo • de toda tierra y luz, • para los hombres • y para las razas. • La condición es que • ames, ames y ames...)» quizás él estaba allí.
Después de viajar por los tiempos, me di cuenta que nadie recordará nuestros auténticos nombres quechuas-aymaráes. Pero sí sé que con los años, a mis compañeros los recordaron como a los próceres de la libertad.
Mi nombre no importa, yo me mezclé en el pueblo, para descubrirlos y sostenerlos. Mis compañeros son y serán los «José», los «Manuel», los «Bernardo», los «Simón», las «Juana», los «Ernesto», y «Los etcétera» que sean.
Una cosa más, a tí que lees o escuchas esta historia, acuérdate siempre de qué estás hecho, de dónde vienes, de amar y de ser libre, porque sólo así, te recordarán por el nombre que hoy tienes...
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1. Ayllo (o Ayllu) era la denominación para comunidad de campesinos unidos por vínculos familiares, que tenían la misma ascendencia y compartían un mismo territorio.
2. La Mita era una especie de servicio al Inca. Eran trabajos periódicos rotativos individuales o colectivos, con este sistema se construían puentes y caminos y trabajaban la tierra del rey.
3. Chicha es una bebida fermentada de maíz y otros granos y hierbas.
4. Inti: Dios del Sol
5. Viracocha: Dios creador de todo
6. Pacha Mama: Madre Tierra, Divinidad Femenina de la tierra y la naturaleza.
7. Malinche: (Malintzin o Doña Marina), era el nombre de la intérprete nativa de Hernán Cortéz. La crónica , casi leyenda, nos cuenta de la traición de ella a su gente. Si bien pertenece a la historia azteca... Es probable que el relato de la traición de la Malinche se haya esparcido al cabo de un tiempo y se conociera entre todos los habitantes americanos...
8. Hamawt'a: Nombre de los sabios, dedicados a la enseñanza formal, religión, historia, idioma etc.
Con motivo del Día Americano del Indio (19 de Abril)